Cuesta más reciclar que fabricar algo nuevo.
El coste de la extracción de materias primas para la creación de nuevos productos supera al del reciclaje. Además, reciclando se ahorra energía, agua y se reduce la contaminación que supondría la obtención y tratamiento de las materias primas. El reciclado de materiales en el mundo supone actualmente una reducción de 700 millones de toneladas de CO2 anuales, lo que equivale a 100 kilos de CO2 por persona y año, según se informó en la cumbre del Bureau of International Recycling (BIR) celebrada en 2018.
Con tantos contenedores es fácil confundirse.
Prácticamente todos los municipios de España cuentan con el mismo código de colores para identificar los contenedores: amarillo (envases de plástico, metálicos y briks), azul (cartón y papel), verde (vidrio), marrón (orgánico) y gris (residuos no reciclables). Además, es sencillo encontrar información sobre qué residuo corresponde con cada color.
¿Para qué separar si al final se mezcla?
Ante este mito tenemos que decir que hay vehículos especializados en grupos de residuos, por ejemplo, camiones que sólo recogen vidrio. También existen vehículos con un sistema de bicompartimentado que hace posible la recolección de diferentes fracciones de residuos sin que se mezclen, mejorando la eficiencia del servicio y reduciendo el impacto ambiental asociado al transporte de residuos.
También es falso que los residuos acaban mezclados en las plantas de reciclaje. Estas siguen un proceso de selección y clasificación de la basura, no sólo por el tipo de residuos (plástico, orgánico, vidrio) sino también por la clase de material, seleccionando y diferenciando entre los distintos tipos de plástico, por lo que todo el trabajo de separación realizado en casa o en el trabajo es necesario.
El sector verde destruye puestos de trabajo.
Según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), a finales de 2019 la economía verde era responsable de más de medio millón de empleos en España, el 2,5% de la ocupación total. Una cifra que podría triplicarse en los próximos diez años si se destinan las inversiones suficientes.
No se pueden hacer productos útiles con materiales reciclados.
Para ilustrar la cantidad de productos nuevos que se pueden hacer con material reciclado como materia prima a continuación ponemos algunos ejemplos, con 40 botellas de agua se puede hacer un forro polar; 80 latas de refresco pueden ser una llanta de bicicleta; 6 briks se pueden transformar en una caja de zapatos y 8 cajas de cereales pueden ser un libro; con 22 botellas de plástico se puede fabricar una camiseta y 550 latas de aluminio se pueden transformar en una silla.
Los productos hechos de más de un tipo de material no se pueden reciclar.
Cuando comenzó el reciclaje la tecnología era mucho más limitada que hoy en día. No se podían reciclar artículos compuestos por diferentes tipos de materiales, como los tetrabriks de zumo o leche y los juguetes.
Conforme pasa el tiempo somos más capaces de hacer frente a los plásticos más indeseables, como las bolsas de la compra u objetos hechos de resinas desconocidas o mixtas, como las que componen muchos juguetes y artículos del hogar. Esto no significa que puedas tirar todo lo que quieras a un contenedor de reciclaje, pero sí significa que se puede reciclar una gama más amplia de productos que antes.